“Paloma quiero contarte”, “Cuando voy al trabajo” y “Lo único que tengo” fueron las elegidas para destacar y revitalizar el legado del autor. “La grabación de estos temas fue muy conmovedora, sobre todo evocar su voz e intención”, expresó la cantante.
Tras la publicación de su quinto disco “Porvenir», 2020, la cantautora Rosario Mena presenta, nuevamente bajo el Sello Discográfico “MúsicadelSur”, una trilogía de versiones personales de temas de Víctor Jara, con arreglos y producción musical de Cristián López, guitarrista de Javiera y Los Imposibles, con quien ha trabajado sus últimos dos álbumes. La producción rinde homenaje al artista en el cincuentenario de su asesinato en el Estadio Chile, tras el golpe militar de 1973.
«A 50 años de estos sucesos tan oscuros de nuestra historia, la idea es recrear con nuevos aires y traer al presente a Víctor Jara, a través de su creación, reconociendo su calidad e importancia como artista. Que muchas personas escuchen y canten estas canciones para así honrarlo y recordarlo», expresó la artista.
La trilogía inicia con “Paloma quiero contarte”, primer single oficial de Víctor Jara, canción de amor lanzada en 1966 y dedicada a su compañera, la bailarina inglesa Joan Jara. El segundo tema, y el más conocido, es “Cuando voy al trabajo”, que, según la artista, fusiona “el amor con el compromiso social, reflejando el ambiente de compañerismo, organización sindical y lucha por los derechos de los trabajadores en el cual se enmarca su activismo durante la Unidad Popular”, afirmó.
La trilogía se cierra con “Lo único que tengo», cuyo estribillo “mis manos son lo único que tengo…son mi amor y mi sustento”- remite, según la intérprete, «a aquella idea generalizada en torno a su muerte, de que sus verdugos le cortaron las manos para que no pudiera tocar su guitarra. La investigación judicial aclaró que él murió acribillado a balazos, aunque efectivamente le quebraron las manos y lo obligaron a intentar tocar así su guitarra», explicó.
“La grabación de estos temas fue muy conmovedora. Sobre todo, evocar su voz y su intención. Por ello, la experiencia, más que centrarse en una recreación musicalmente novedosa, consistió en dar nueva voz a una voz ferozmente silenciada y volver a pronunciar sus palabras con la perspectiva del tiempo, como verdaderas profecías. Muchas veces las canciones se nos adelantan y, en este caso, comprobarlo es estremecedor”, concluyó Rosario Mena.